HUMUS DE LOMBRIZ ( características )
Es el mejor abono orgánico que existe. Una sola tonelada de humus de lombriz equivale a 12 toneladas de estiércol vacuno, y a 4 toneladas de compost.
No es tóxico, ni huele mal. Durante el proceso de vermicompostaje se elimina cualquier patógeno que pudiera contener, así como restos de semillas. El resultado es un producto estabilizado, que se puede poner en contacto directo con las raíces y que huele a tierra húmeda.
Contiene millones y millones de microorganismos por cada gramo de producto, muchos más que en el compost tradicional. Esta carga microbiana es la que le aporta las características que le hacen único.
Los beneficios del humus para la tierra, y el importante papel que cumplen las lombrices en la fertilidad de los suelos se conocen desde hace mucho tiempo (en el Antiguo Egipto eran consideradas animales sagrados, y se castigaba incluso con penas de muerte a quien las dañara o las sacara del país).
Es compatible con el resto de fertilizantes, tanto químicos como orgánicos. De hecho, es capaz de incrementar su eficacia, ya que la flora microbiana que contiene el humus favorece la solubilización y asimilación de nutrientes por parte de las plantas, lo que mejora el aprovechamiento de otros fertilizantes, reduciendo la pérdida de nutrientes. El uso de humus de lombriz reduce, por tanto, el empleo de insumos químicos en la agricultura.
Protege a los cultivos. Numerosos estudios demuestran que la acción microbiana del humus contribuye al control, reducción y/o supresión de patógenos vegetales y hongos. Además, al mejorar el estado general de la planta, aumenta la resistencia sistémica de la misma frente a agresiones externas, como las heladas o períodos de sequía.
La presencia de macro y micronutrientes vegetales en los vermicompost afecta positivamente a los cultivos vegetales, aumentado la germinación, el crecimiento, la productividad de flores y frutos, así como su calidad.
Aporta nutrientes al suelo y al cultivo de forma gradual, conforme la materia orgánica va siendo mineralizada por la microbiota edáfica. De esta forma, aunque el humus de lombriz posee menor capacidad inmediata para suministrar nutrientes al suelo respecto a los fertilizantes minerales comerciales, el uso agrícola del vermicompost permite que el suelo post-cosecha quede enriquecido en nutrientes, lo cual no sucede con la fertilización química.
Mejora la estructura física del terreno, ya que aumenta la formación y estabilidad de los agregados del suelo, permitiendo una mayor resistencia a procesos de erosión. También incrementa la capacidad de retención de agua, aumenta la capacidad de intercambio catiónico, corrige y amortigua los cambios de pH.
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